El otro día Patrick me llevó a casa. Tenía ojos claros y la piel flaca, cómo cuando van pasando los años en las caras de las personas. Me subí a su auto, sonaba una radio francesa, nos presentamos. "Florencia me llamo", le dije, "no me digas Flor no, no, no". Lamentablemente para Patrick, si, ese es mi nombre. Se puso triste y no paro ni un segundo de contarme que ese día, esa mañana, Flor, su Flor, se había levantado de su cama y le había dicho que esa era su última mañana juntos. Pude entender el rechazo para con mi nombre.
Con Patrick trabajamos en la misma empresa. Me contó que tenemos una compañera astróloga, que le dijo que espere, que no se ponga mal, porque algo va a pasar con las constelaciones el 14 de enero y que ya se va a sentir mejor. Pero el no puede estar mejor, no ahora. Patrick no entiende. Patrick tuvo sexo y familia ensamblada. Pero Flor quiere coger con pibes más chicos. Le dijo que se volvió a sentir linda, que se volvió a sentir sexy y que quiere ser libre. Y él le dijo que estaba bien, le agradeció la sinceridad. Y la invitó si alguna vez quería volver a dormir con él, pero Flor no quiere, aunque va.
Patrick esta raro, todavía no es 31/12 pero ya sabe que lo van a pasar juntos, por sus hijos y por ellos, porque se quieren.
Patrick me dijo que tiene que volver a "buscar" y que no tiene ganas de buscar. Yo le dije que eso no se busca, que eso llega, pero el reniega de su edad, tiene miedo de quedarse sin tiempo. Tiene 48.
Después de algunos segundos de silencio, me atreví a decirle que ya no faltaba mucho para el 14 de enero y que había personas que eran como guantes exfoliantes, que mientras van pasando raspan y arden, pero una vez que pasan te dejan regio y estupendo. Me sonrió.