El cerebro humano esta perfectamente dividido entra la parte que siente y la parte que piensa.
La que siente siempre sabe la opinión de la que piensa, pero se hace la boluda para satisfacer sus propias necesidades sentimentalísticas.
Solo cuando la parte que siente finalmente coincide en hacer lo que la parte que piensa siempre pensó, se produce en el ser humano un alivio extraterricolar festejando que ambos polos-una vez cada tanto tiempo-sean uno, hasta que vuélvase a armarse la hecatombe nuevamente.
La que siente siempre sabe la opinión de la que piensa, pero se hace la boluda para satisfacer sus propias necesidades sentimentalísticas.
Solo cuando la parte que siente finalmente coincide en hacer lo que la parte que piensa siempre pensó, se produce en el ser humano un alivio extraterricolar festejando que ambos polos-una vez cada tanto tiempo-sean uno, hasta que vuélvase a armarse la hecatombe nuevamente.
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