13 marzo, 2013

Un día le voy a contar a mis nietos...

Era 9 de Marzo de 2013 y emprendimos un viaje buscando nuevas aventuras. 
Corrían las 16 horas,un calor agobiante que apenas nos dejaba transpirar cuando fuimos en busca de la nave que nos llevaría hasta el fin de la aventura, todo empezaba.
Manejamos por horas hacia lugares inciertos porque no teníamos mapas ni indicaciones. Nos perdimos,preguntamos,nos encontramos y nos volvimos a perder. Una llamada telefónica fue la clave para que nos rescataran del medio de la tormenta que acechaba. Cuando nos pasaron a buscar ya llovía como en el diluvio universal y ahí la peor frase: "tenemos que cruzar el río".
Me mojé de miedo y por la lluvia, estacionamos la nave junto al río y un bote motorizado manejado por un ser extremadamente hermoso nos arrancó de la orilla entre las violentas olas. Nos sacudíamos violento, el bote giro dos veces, coleamos, subíamos, bajábamos, nos mareábamos. Llegamos, atravesando un largo campo de fútbol con vientos huracanados al lugar dónde teníamos que clavar las carpas.
El lugar estaba lleno de gente fantástica, había muchos nenes contentos y estaba Coco, un tigre de bengala que quería comer los restos de nuestros asados. Con la carpa armada y un fernet en la mano nos dispusimos a conocer gente. Entre blableríos y esos habanos que te hacen dar risa, empezamos a percibir la batalla de los cuerpos. Se armaron y salieron al campo a defender los colores. De golpe nos vimos envueltas en una guerra campal, cuerpo a tierra-pero fernet en la mano-al cabo de unos minutos todo había terminado. Salimos a buscar las balas perdidas y volvíamos con mucho color en la mano. 
Después ya no me acuerdo mucho, la tía Vero te cuenta el resto.
La única certeza es que encontré el más bello paisaje: 

Tigre.Marzo 2013

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