Demasiadas historias sin contar. La hoja en blanco del que no se apura. La semisonrisa del que no sabe. El tobogán de fotos con todas las caras borradas. La arena cálida de la humedad de la sal. La ansiedad de terminar las etapas y con ellas todo lo que arrastra el tiempo. Lo que arrastra, lo que te arrastraste, lo que te arrastró. No puedo decir nada que me llene de orgullo, ni una sola letra, porque no quiero estar llena de orgullo. Voy a guardar el orgullo en otra bolsa para usarla cuando algún hijo llegue a la meta. Mientras tanto me lleno de coraje. Me lleno de una estampita de San Cupertino, en el que por cierto no creo. Me lleno de risas y me lleno de nervios, de Uvasal, para que la boca del estómago no se resienta. Y es que los litros de vino con el tiempo te duelen en las tripas, eso debiera ser psicológico. La materia que es energía, el todo que es materia, entonces todo que es energía. La materia...LA MATERIA. La última materia.
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